Es una nueva especificidad en la relación contractual entre Manuel Pellegrini y el Villarreal: en el contrato del técnico chileno aparece una cláusula de rescisión (no muy importante), algo habitual en el caso de los futbolistas pero menos común en los entrenadores. Además, tal y como sucedió con su primer contrato, el club se reserva una opción para, de manera unilateral, prolongar la estancia del actual entrenador en el banquillo hasta junio del 2007. "Es un plazo de tres años, lo que más me gusta como técnico", señaló Pellegrini.

A su vez, el míster se refirió al supuesto interés de otros equipos por hacerse con sus servicios: "Por más que hubiera algún tipo de oferta, quería quedarme". "En todo momento, mi pensamiento pasaba por seguir en este proyecto", añadió y recordó que, por ejemplo, rechazó ofertas más cuantiosas económicamente (del fútbol mexicano) para fichar por el Submarino: "El mejor club para mí es el Villarreal y, una vez estoy aquí, seguiré hasta que me permitan o hasta que yo decida".

SIN EUFORIAS Pellegrini, que se mostró "muy identificado" con el proyecto del club, quiso mantener la cautela, a pesar de la buena marcha del equipo: "No soy ni eufórico ni depresivo. Hago las valoraciones cuando acaba el año". Eso sí, reconoció que cuenta con buenos mimbres... "Lo más importante es la calidad del plantel, tanto dentro como fuera de la cancha".

Pellegrini aspira a que el Villarreal siga creciendo, pero no se fija metas, a modo de títulos. "La mejor manera de convertir los sueños en realidad es el trabajo diario", defiende el metódico preparador del equipo.

A su vez, el chileno reconoció que, si importante fue su prematura contratación --tuvo unos meses para conocer a la plantilla, desde fuera, antes de hacerse cargo de la plantilla--, también la profesionalidad del club y la coincidencia entre ambas filosofías: "Venía con buenas referencias pero éstas han sido largamente superadas. Este es un club que apuesta por una filosofía y una manera de ver el fútbol como la mía".