MADRID. Más de 1.000 aficionados aclamaron, vitorearon, abrazaron y besaron a cada uno de los miembros de la selección española de balonmano que regresaron de Túnez con el trofeo de campeones del mundo. Cerca de dos horas tuvo que esperar la afición para poder ver y tocar a sus ídolos, que recompensaron esta fidelidad accediendo a todas las peticiones de aficionados. EFE