Ni quinta victoria consecutiva, ni fiesta, ni casi nada. El Alicante frenó al Castellón en un partido que pretendía adelantar unas horas la Magdalena, pero que decepcionó, y mucho, a la parroquia local, que había vuelto a acudir en gran número.

A la postre, la lógica impuso su dictadura, pues unos y otros llegaban a la atractiva cita como los dos equipos más seguros del grupo III, así que todo terminó como empezó: 0-0. Fiel reflejo de un choque sombrío, con predominio de lo táctico y lo físico sobre el espectáculo. Y es que las ocasiones de gol brillaron prácticamente por su ausencia.

DUELO SIN CONCESIONES El encuentro, en su totalidad no fue vistoso, pero sí viril. Ambos equipos dejaron a un lado los habituales minutos de tanteo y plantearon un duelo sin concesiones.

Frente a frente estaban, además de los dos primeros clasificados del grupo, los dos menos goleados. Sin embrgo, mientras los locales no mostraron fisuras, los visitantes pasaron por algunos apuros, sobre todo al principio de la contienda.

Samuel, a los dos minutos, casi firma un autogol, mientras Chema se encontraba un testarazo de Molist, en la única ocasión clara de toda la primera parte. Al margen de la intensidad con la que se peleaba cada pelota, el primer acto poco dio más de sí, salvo dos penaltis light, uno sobre Javi Sanchis y otro cometido por un acelerado Oliva.

Todo había quedado pendiente para la segunda parte, en la que el Alicante salió con más intensidad. De todas formas, el partido, lejos de mejorar, decayó, a pesar de que tanto unos como otros prometían una noche mucho más calurosa, futbolísticamente hablando.

En el minuto 66, una buena noticia. Salva derribaba a Molist cuando éste iba a ingresar en el área y el líder se quedaba con 10. Con todavía un cuarto de contienda por delante, los albinegros se aprestaban al asedio sobre el portal de Chema. Lástima que sólo fuera la teórica, porque la práctica distó mucho de ella.

SUPERIORIDAD INÚTIL Sólo Héctor (min. 79) llevó el uy a las gradas, poco después de que éstas enmudecieran con una vaselina de Sendoa, pichichi del grupo, que rozó la escuadra. También Molist lo buscó en el descuento pero... El Alicante, pese a la inferioridad numérica, maniató a los locales para sumar un punto que le mantendrá en lo más alto, con una cómoda ventaja sobre sus perseguidores.