El Villarreal puso ayer el punto final a una racha de 18 partidos consecutivos de competición europea sin perder en el Madrigal, una racha que se arrastraba desde la última derrota en casa, ante el Málaga (0-1) en la final de la Copa Intertoto del 2002. En total, han sido más de dos años y medio en los que ningún equipo había ganado en Vila-real. Hasta que llegó el AZ holandés.