El Valencia se apunta a la fórmula de estrellas del balón a cambio de metros cuadrados de terreno edificable. El presidente, Juan Soler, presentó el martes ante los medios de comunicación su propuesta para acabar, de un plumazo, con los 105 millones de euros que arrastra de deuda el club. La operación es sencilla: Soler creó una empresa mediante la que adquirió 1.659.621 metros cuadrados en Ribarroja, para, posteriormente, vender sus acciones al Valencia.

Invirtió unos 60 millones en unos terrenos, sitos en la Masía de Porchinos, que pasarán de ser de uso agrícola a residencial y que se confía que puedan generar en torno a 180 millones. Además, según Soler, algunas empresas estarían incluso interesadas en sufragar la construcción de las instalaciones de la nueva Ciudad Deportiva, por lo que la entidad che, con esta operación, fulminaría la deuda, tendría (sin coste alguno) un nuevo lugar de entrenamiento y podría mantener las actuales instalaciones de Paterna, que pasarían a destinarse al fútbol base.

Y MESTALLA... Algo similar podría suceder con el nuevo Mestalla, que podría estar ubicado en la pista de Ademuz. El Valencia, que sigue luchando por que el campo sea de su propiedad (y no pública), podría ceder la gestión de los comercios anexos a cambio de que los beneficiarios sufraguen la construcción. Así, el club saldaría su deuda (primero) y podría destinar (después) los 270 millones provenientes del viejo Mestalla a fichajes.