Con la misma ilusión que en las cinco veces anteriores, pero con más opciones que nunca. Así afronta el Villarreal su duodécimo enfrentamiento con el Real Madrid, el único equipo maldito que se ha resistido hasta el momento a caer ante el Submarino atómico. Bien es cierto que la necesidad de los tres puntos en el equipo blanco es máxima... Como lo es la ilusión de los amarillos, conscientes de que tienen juego suficiente como para dar la sorpresa en el Santiago Bernabéu y, sobre todo, ambiciosos a la hora de hacer realidad el sueño Champions.

PRESIÓN ´VS´ ILUSIÓN "Si no ganamos al Villarreal, la Liga se va". Así de contundente se mostró ayer el técnico Vanderlei Luxemburgo, que no podrá contar con Gravesen (la medicina natural no ha bastado para curar su esguince) y con Helguera, quien estará en el banquillo... junto a Figo. Así, el Real Madrid repetirá el once que presentó ante el Levante, con Borja como pivote defensivo y con Pavón en la zaga.

El Villarreal, por su parte, viaja con todo (a excepción de los lesionados Battaglia, Roger y Arzo)... incluido Marcos Senna, a quien el Comité de Competición perdonó la amarilla que el brasileño vio ante el Betis y que acarreaba suspensión.

"Al menos tenemos que compartir la pelota con el Madrid, porque no se le puede dejar el control del partido", señaló el técnico chileno sobre cómo debe jugar un Villarreal que quiere mantener su personalidad. "Ojalá el equipo no acuse el miedo escénico; está preparado para ello", señaló aal respecto, Reina.

El Villarreal viajó con 19 jugadores (Javi venta y Cazorla acaban de superar sus respectivas lesiones) y, aunque Pellegrini no avanzó el once, todo indica que será el de gala. La única duda aparece en el acompañante de Forlán en la delantera.

Lucho, José Mari y Guayre pugnan por una plaza que podría recaer en el canario, a tenor de lo acontecido en el último precedente liguero, en Riazor. El objetivo sería que el canario desgastase y fijase en el lateral al ofensivo Roberto Carlos.