1EL MIEDO ESCÉNICO. El Real Madrid parodió la famosa frase de quien fuera entrenador y director deportivo del club blanco, Jorge Valdano, pero la sufrió en sus propias carnes. Salió especulador, timorato, esperando atrás y con muy pocas intenciones de ir a buscar al Villarreal.

2PAPEL PROTAGONISTA. Fue de los amarillos, que mandaron con comodidad sobre el césped del Santiago Bernabéu. Tocando, apropiándose del balón y llevando la iniciativa del juego. Se mantuvo el control pero, para tanto dominio, hubo muy pocos remates.

3BECK´S. El centrocampista inglés fue el único que parecía tener carácter ganador. Puso la garra, la intención y hasta los intentos de remate, pero siempre lo tuvo que hacer todo en solitario. El resto, no acompañaba.

4LA IRA. Fue local, cuando el arbitro señaló el punto fatídico en un penalti que no lo pareció, de Pavón sobre Forlán. Riquelme puso justicia al mejor juego amarillo hasta aquel momento. El Real Madrid pareció desquiciado por momentos.

5EL MURO. Las pocas acometidas de los locales fueron solventadas por la buena defensa del Villarreal, capitaneada por un gran Gonzalo Rodríguez que, junto a Quique Álvarez, lograron anular a las estrellas locales.

6LEVANDO ANCLAS. En el arranque de la segunda parte, el Madrid apretó el acelerador y, aunque no fuera con un gran fútbol, por lo menos logró arrinconar al Villarreal, al que le costó mucho salir de su propio campo.

7PUDIERON CAMBIAR LA HISTORIA. Entre Román y Forlán que, de tan fácil que lo tuvieron, acabaron marrando la ocasión más franca que jamás se les haya podido presentar. Al poco, Zidane invito a Ronaldo a iniciar el despegue local y la caída visitante.

8LA SEGUNDA OPORTUNIDAD. La propició el atropellado Samuel, al dejar a lo suyos con 10 ya que, inmediatamente después, Jose Mari desperdició la última bala amarilla. En la contra posterior, un regalo en la línea de fondo del área del Villarreal permitió a Salgado enganchar un remate imposible y acabar con las esperanzas amarillas. Pellegrini quemó sus naves, pero ya no hubo respuesta y fe en la mayoría de sus jugadores.

9TODO FUE BLANCO. En la recta final del partido, Luxemburgo reorganizó bien a su equipo, que se dedicó a mantener la posesión del balón, sin pasar demasiados apuros. Desde el disparo de José Mari, tan sólo un remate envenenado de Román hizo intervenir a Casillas. El resto fue un querer y no poder, con un Villarreal muy afectado psicológicamente, al darse cuenta de todo lo que había desperdiciado...