El Liverpool de Rafa Benítez frenó al Chelsea en Stamford Bridge y, de paso, bajó los humos del fanfarrón Mourinho. Los diablos rojos estuvieron más preocupados de defender que de atacar, pero consiguieron su propósito y podrán sentenciar su pase a la final en Anfield Road.

Después de tres derrotas ante los londinenses (dos en Liga y otra en la final de la Copa de la Liga), el Liverpool logró el empate que buscó durante gran parte del envite, pero la igualada no le asegura un cómodo partido de vuelta, en el que no contará con su creador de juego, el español Xabi Alonso, baja por acumulación de amonestaciones.

Como era de esperar, del duelo entre Benítez y Mourinho, los técnicos vencedores en Europa el pasado año, salió un partido muy táctico, con dos rivales que que no tienen secretos y que vivieron prácticamente toda la noche pendientes de no dejarse sorprender. Así, en la primera semifinal totalmente inglesa de la historia de la Champions, no hubo más que seis jugadores seleccionables por los pross y poco del estilo británico, con lo que el choque fue aburrido y lógico incluso en su resultado final.