Situación límite para la selección española, que va camino de acostumbrarse a andar sobre el alambre en cada fase de clasificación. Sólo le vale ganar esta noche a Bélgica para colocarse en condiciones de asegurarse, al menos, la repesca como vía de acceso al Mundial de Alemania. Tiene que ser así salvo que Serbia, que juega dos horas antes, no gane ante Lituania en Vilna. El equipo español no ha logrado todavía una victoria fuera de casa, sólo ha marcado un tanto en sus desplazamientos y los belgas pueden meterse en la pelea. Circunstancias que condicionan aún más la capacidad de abstracción de la selección dirigida por Luis Aragonés para encarar el partido en el mejor estado mental posible.

"Un equipo con un entrenador y unos jugadores nerviosos está muerto", dijo ayer Aragonés, que hasta ahora no había dejado de aparentar serenidad para neutralizar la tensión que impregna el día a día del grupo. Se trata de reconducir la situación para que la ansiedad no mine la capacidad del equipo.

Con su particular manera de decir las cosas, el seleccionador protagonizó una escaramuza con los periodistas para defender una tesis que no se sostiene, que España depende de sí misma. No hubo manera de que admitiera que únicamente tiene esa dependencia de sus resultados para asegurarse la repesca. Y es que insiste en que los serbios no van a ser capaces de ganar ninguno de los dos partidos, mientras que los españoles van a sumar dos triunfos.

PENURIA GOLEADORA Un objetivo que pasa por escapar de una vez de la penuria realizadora en que anda instalada. Es la selección menos goleadora en un cuarto de siglo y Fernando Torres, su delantero centro titular hoy, es el atacante con el peor promedio de la historia, tres goles en 22 partidos, dos de ellos en encuentros amistosos y el otro ante la débil San Marino. Tampoco Bélgica anda boyante en ese aspecto, como en ningún otro. Sus ocho goles a San Marino le adecentaron la estadística (15 goles a favor), pero no es un dato relevante. Así lo ven Luis y los jugadores, que esperan que la ligera posibilidad de clasificación que mantienen los belgas les lleve a realizar un planteamiento ofensivo que facilite a España la labor.

A Aimé Anthuenis, su seleccionador, no le queda otra que ganar esta noche a España si quiere continuar desempeñando su cargo al frente del combinado belga. El preparador local no puede contar con sus mejores jugadores a causa de las lesiones: Sonck en ataque y Kompany en defensa. No habrá ningún tipo de disculpa para la selección española, que tendrá el apoyo de más de 7.000 aficionados.