Fernando Torres se llevó a comer ayer a José Antonio Reyes. La cuenta fue cosa suya. No era para menos, después de las dos asistencias que le regaló la noche anterior. Dos pases de gol que el delantero del Atlético y toda la selección no dejarán de agradecerle durante mucho tiempo. Para el jugador colchonero significó dejar atrás el estigma de una racha negra que amenazaba con marcar, en el peor sentido de la palabra, su condición de internacional.

En condiciones normales, si no se hubiese tratado de un partido clave sin posibilidad de rectificación en asaltos posteriores, lo previsible es que Torres hubiera sido el primer sustituido. Así ocurrió en el choque ante Serbia en el Vicente Calderón, y el rojiblanco protestó días después. Ayer reconoció que se vio otra vez el primero de vuelta al banquillo cuando se percató de que Villa y Reyes se quitaban la sudadera.

UN HOMBRE DE SUERTE También es verdad que Luis Aragonés había reiterado su intención de juntar sobre el campo a Raúl, Torres y David Villa si las cosas no iban bien. Los sacrificados fueron Joaquín y Vicente, con más justicia en el primer caso que en el segundo, y al seleccionador le vino Dios a ver. "La verdad es que me considero un hombre de suerte. Cuando peor están las cosas y más palos me dan, el del cirio viene en mi ayuda", había dicho el técnico madrileño.

Y el del cirio se hizo carne en forma de jugador de fútbol por partida doble. Primero se encarnó en volante izquierdo sevillano del Arsenal, y un segundo después en ariete madrileño del Atlético. Reyes y Torres revivieron la sociedad de éxito que han interpretado durante muchos años en las categorías inferiores de la selección y dieron al partido ante Bélgica un giro definitivo.

BUEN AMBIENTE "¡Qué menos que pague un par de comidas!", comentó Reyes tras el partido. "Tengo una amistad muy grande con ´El Niño´ y eso se nota también en el campo. Hemos jugado mucho tiempo juntos en otras categorías y tenemos una gran compenetración", añadió el de Utrera, que no pudo tener mejor reencuentro con sus compañeros de selección después de casi siete meses. Tras el empate a cero en Belgrado ante Serbia no había vuelto a ser convocado por Luis Aragonés. Ahora se postula como titular ante San Marino, lo mismo que De la Peña y Sergio Ramos para sustituir a los sancionados Xavi y Míchel Salgado.

EL SOCIO PERFECTO Torres encontró en Reyes el socio perfecto. Ayer todavía agradecía al jugador del Arsenal su visión y toque, y a todos sus compañeros la confianza que siempre depositaron en él. "Les vi tan contentos o más que yo. Mi éxito también es el suyo", afirmó el delantero, liberado ya de una carga insufrible. "Me he quitado un gran peso de encima. Sentía una presión enorme. Era consciente de que no estaba haciéndolo bien con la selección y necesitaba algo como lo que he hecho ante Bélgica", añadió.

El debate sobre su nula aportación a la selección quedó cerrado y Aragonés liquidó a su vez las diferencias que el propio jugador. "No hemos tenido nada. Yo soy abuelo de 10 nietos y fui quien le puso en Primera División. Me alegro enormemente por él y también por mí, que he ganado el partido", declaró el seleccionador tras la victoria.

Todo sea por llegar en las mejores condiciones para ganar a San Marino por cinco goles de diferencia, lo que daría a España el pase directo si Serbia no es capaz de ganar a Bosnia. Con un empate a dos entre serbios y bosnios, y victoria española por 0-4, Serbia y España empatarían en todo y habría un partido de desempate para decidir el primer puesto.