Las imágenes de Puyol y Vicente liándose a mamporros, acabaron de convencer a los internacionales de San Marino de que no va a ser posible alcanzar su primera victoria en un partido oficial. Ni siquiera ven el empate a su alcance. Están al corriente de las necesidades españolas: todo lo que sea perder por menos de cinco goles, lo considerarán una hazaña. Ellos y los 4.000 aficionados que estarán en las gradas del estadio de Serravalle, una cifra nada desdeñable, teniendo en cuenta que se trata de un país de 27.500 habitantes.

Así lo consideraron en el último partido ante Bosnia, en el que llegaron 0-0 al descanso y acabaron perdiendo por 3-0. "Si se van a poner así, mejor no jugamos", bromeó el defensa Crescentini, estudiante de 22 años que juega en el Tre Fiori, uno de los 15 clubs de la primera división sanmarinense, competición de aficionados que se mantendría con dificultades en la Regional Preferente española.

Ninguna posibilidad

El padre del portero Ceccoli apareció ayer por la mañana con La Gazzetta dello Sport bajo el brazo en el estadio del Domagnano, donde San Marino se entrenaba, y armó el taco. Lo agitó reclamando la atención del seleccionador, Giampaolo Mazza, y de los jugadores, mostrándole las fotos de la pelea entre Puyol y Vicente. "Se nota la tensión que les provoca este partido", dijo entre risas el técnico, que no tiene problemas en admitir que su equipo no tiene ninguna posibilidad de vencer. "Nuestro objetivo no es ganar, sino dar lo mejor de nosotros como representantes de nuestro país", añadió Mazza, quien se conforma con marcar un gol.

Pero batir a Casillas les va a costar, teniendo en cuenta que su goleador, Andy Selva, está sancionado y no podrá jugar. Es el único que vive de esto. Los demás son empleados, estudiantes o regentan negocios familiares relacionados con el turismo. También hay dos ingenieros.

Sesenta derrotas

Selva es profesional del Spal, de la C1 italiana, algo así como la Tercera División española. Ha marcado cinco goles con la selección y es todo un personaje, lo mismo que Nicola Albani, autor del gol del único empate a domicilio, ante Letonia en el 2001 (1-1). Desde su ingreso en la FIFA en 1988, San Marino ha disputado 63 partidos oficiales, de los que 60 acabaron con derrota. Sólo ha conseguido vencer un amistoso ante otro país que sale con un asterisco en los mapas: Liechtenstein (1-0).

Ser portero en una selección así tiene su mérito. Federico Gasperoni y Michele Ceccoli pelean por el puesto. El primero, empleado de un supermercado, juega en el Urbino, de la serie D italiana, y se perdió el partido ante Bosnia porque a su mujer estaba de parto. El segundo, electricista de profesión, ha ganado puntos con su actuación en Zenica. Ambos se lo toman con mucha filosofía. "A nosotros no nos va a suceder algo así. Somos buenos amigos", comentó Ceccoli a propósito del sonado incidente entre Puyol y Vicente.