APRIMERA PARTE A LA BASURA. La primera parte fue mala por parte de los dos conjuntos. Ni Castellón ni Valladolid crearon buenas ocasiones de gol, ni se atrevieron a tirar entre los tres palos.

BFALTA DE TENSIÓN. Los albinegros parecían adormilados, entumecidos, como si no estuviesen en el partido: malos controles, pases que no llegaban a su destino y un equipo en el que reinaba la imprecisión eran los ejemplos.

CPOCA PROFUNDIDAD. Los de Martín-Delgado se mostraron bien organizados en defensa, con las líneas juntas, buenas basculaciones y presionando al rival. Sin embargo, el equipo fue muy tímido en la salida del balón, como si los jugadores no creyeran que podían hacer daño. Esto es, faltos de confianza.

DSIN LLEGADA. No fue el partido de Héctor, quien apenas creó problemas ofensivamente. Sólo tuvo una ocasión en la segunda parte, pero eso es poco para el trabajo que puede aportar: su presencia en el césped se tiene que notar más. Miguel tiene que llegar más y su aportación en el centro del campo no tiene que ser solamente la creación del juego ofensivo, sino también aprovechar el buen disparo que tiene a gol.

ECAMBIOS LÓGICOS. Martín-Delgado acertó con los cambios, que le dieron un aire completamente distinto al equipo. Ordóñez contribuyó con más movilidad y profundidad en la punta de ataque; y Xavi Moré, en los poco minutos de que dispuso, hizo un buen trabajo por banda derecha.

FEL PARTIDO EMPEZÓ EN EL MINUTO 60. Fue una pena que los últimos 30 minutos no resultasen más largos. La última media hora fue buena, con otra predisposición y con mucho más atrevimiento. Las ocasiones se sucedían y el Valladolid desapareció del terreno de juego. La afición de Castalia disfrutó en ese tiempo y agradeció el esfuerzo al equipo.

GEL VALLADOLID. Los pucelanos mostraron su superioridad en cuestiones técnicas, pero sólo fue eso. Dos ocasiones de gol son un bagaje paupérrimo para un equipo que quiere volver a la Liga de las Estrellas. El equipo de Marcos Alonso jugó con sus cuatro delanteros y terminó pidiendo la hora.

HLA AFICIÓN. Estuvo 60 minutos dormida y aburrida, aunque en los últimos 30 vimos a la hinchada que quiere ver el desparpajo y atrevimiento de su equipo, aunque luego terminemos con empate a cero. La grada despidió al equipo con aplausos.

IDECISIÓN. Esto es lo que falta, creer que se puede y pensar que no somos inferiores a nadie. Martín-Delgado también estuvo mucho más activo que otras veces. Ésa es la dinámica.