El centrocampista Joaquín Sánchez, expulsado por Rubinos Pérez en la segunda parte, aseguró que tanto él como su compañero Melli se dirigieron al vestuario del árbitro para "pedirle disculpas" y que éste no les recibió. Por su parte, el árbitro reflejó en su acta que "una vez finalizado el partido, y cuando estábamos en nuestro vestuario, fue aporreada con grandes golpes y en repetidas ocasiones la puerta trasera del mismo". El colegiado madrileño salió del estadio escoltado por las fuerzas del orden.