Hace un mes, Marcos era el delantero del Castellón que menos opciones tenía de jugar, por detrás de Epitié, Ordóñez e, incluso, de Raúl Sánchez. En las primeras siete jornadas, sólo jugó 42 minutos. Tuvo que marcarle al Tenerife, en la única victoria hasta el momento, para que convenciera a Martín-Delgado de que merecía ser titular, si bien todavía tuvo que esperar una jornada más. De tal forma, que ahora es él quien permanece en el once. Por este motivo, Marcos tendrá mañana mucho que decir. El Castellón le necesita más que nunca, sobre todo a sus goles.

A este respecto, Marcos nunca pensó en arrojar la toalla, sobre todo a raíz de una charla que mantuvo con Martín-Delgado, una vez quedaron atrás todos los acontecimientos que le rodearon en pretemporada. "Hable con él (el entrenador) y me dijo que confiaba en mí. Yo sabía que en cuando adquiriera el nivel óptimo, iba a jugar", señaló.

PARTIDO DE ARMAS TOMAR Que nadie espere mañana un partido abierto como frente a Tenerife o Valladolid. El Lorca es de ese estilo de rivales con los que suele atragantarse el Castellón, una dificultad más cara al compromiso más espinoso que se recuerda.

"El Lorca es un equipo muy correoso. No será un partido de muchas ocasiones, sino que se decidirá en un rechace, a balón parado, en una jugada aislada...", explica Marcos, buen conocedor de los rivales que hacen de la picaresca su razón de ser, sobreviviendo al límite del reglamento. "Será un día para tener tranquilidad y paciencia, de ayudarnos mucho entre todos", vaticina el gandiense que, precisamente, admite haber vivido una de las semanas más complicadas de su carrera.

"La situación no es agradable para nadie, ni para el míster ni para los jugadores. Pero nosotros --prosiguió el Barbero-- somos profesionales y debemos mantenernos al margen de todo y no bajar los brazos", receta el delantero.

"Este domingo, el primer partido que debemos ganar es a los nervios y, después, al Lorca", rubrica Marcos.