Perdónenme que plantee unas cuestiones metafísicas sobre el deportes rey, así, a bote pronto. Ya saben que el fútbol es así, pero yo me pregunto: ¿así de lógico?

El sábado, sentado en el televisor, contemplo cómo el Castellón es el mismo del inicio de temporada, sino peor, y eso que Martín-Delgado ya no está en el banquillo. ¿No habíamos quedado que este muerto ya andaba? Pues va a ser que no; ahora, Pepe Moré en un campo y José Laparra en otro, han de ponerse la bata de enfermero y volver a devolver a la vida a este paciente, que necesitará un trasplante de jugadores, sino una profunda operación de cirugía estética.

Ayer, mientras venía a trabajar, escucho que Luxemburgo será destituido, justo cuando ha ganado un partido; y que, de forma interina, López Caro, que antes de ir a la Casa Blanca hace unos años pudo recalar en Castalia, va a dirigir a unos galácticos cada vez más terrenales. Y luego, tanto que se esperaba del Villarreal-Barcelona, dos de los equipos que mejor estaban jugando no sólo en España, sino en Europa, y va y el encuentro se resuelve con dos goles de rebote. Y de remate, en un mundo en el que prima la juventud, Romario (a punto de cumplir los 40 años), es el máximo goleador de Brasil al quitarle el galardón a Robgol (35 años), el delantero pretendido por el Castellón. ¡El fútbol es así!