Realmente es bastante curioso lo que ocurre con el que es uno de los clubs más modestos de Primera División y que, sin embargo, está empeñado en hacerse notar. Ya lo hizo en la pasada campaña, evitando las angustias bastante antes de llegar a la recta final de la competición, y también lleva camino de hacerlo en la actual.

Lo de curioso viene dado porque Yosu Uribe, el entrenador del ascenso a la máxima categoría, no continuó en la entidad al haberse comprometido con el Elche, en Segunda A. Luego, Quique Sánchez Flores, en su debut en un equipo profesional, después de mantenerlo holgadamente, escuchó los cantos de sirena que le llegaban a orillas del Túria. Y ahora, el tercero en discordia, Bernd Schuster, también está haciendo rayar a gran nivel a los suyos. Fútbol alegre, sin trampa ni cartón, lleno de atrevimiento y descaro. Destacan los 21 goles marcados porque, dada la modestia del conjunto, parece una proeza que haya una docena de equipos que, a estas alturas de la temporada, hayan anotado menos tantos que él.

Ocurre que, en ocasiones, esa vistosidad y ese canto al fútbol ofensivo es agradecido por el paladar, pero no tiene reflejo en el casillero de puntos. A los del Geta les ocurre con frecuencia que acaban los partidos como vencedores morales, pero vencidos en el marcador. Y, al fin y a la postre, las victorias que dan la salvación, que ese es el objetivo, son las de tres puntos, no las otras.