Decenas de aficionados malagueños hicieron guardia en el interior del hotel de concentración del Villarreal para intentar ver de cerca a los futbolistas. Estos seguidores permanecieron durante varias horas a la espera de recoger autógrafos de las estrellas amarillas.

Poco antes de que el autobús de la expedición se desplazara a La Rosaleda, Juan Román Riquelme conversó durante unos minutos con varios seguidores argentinos que quisieron estar cerca de sus ídolos. Tras la pequeña charla, el centrocampista accedió muy sonriente a firmar autógrafos y posar para las fotografías de rigor.