A nadie puede sorprender que el Recreativo esté donde está porque, cuando las cosas se hacen bien suelen tener su justo premio. Desde hace años, los dirigentes del club decano del fútbol español están siguiendo una línea de trabajo totalmente coherente. En las últimas seis temporadas, el equipo siempre ha estado entre los seis primeros de la categoría de plata, con un ascenso a Primera de por medio. Y fue ahí, alcanzada la Liga de las estrellas, cuando demostraron mayor lucidez.

No se volvieron locos en ningún momento, y no hipotecaron el futuro del club con fichajes fuera de su alcance. Los componentes del Recreativo de Huelva siempre tuvieron los pies en el suelo y, a pesar del descenso, transitaron la máxima categoría con total dignidad. Y, como habían hecho las cosas con total cordura, el descenso no supuso ningún trauma para la entidad.

Mantuvieron a muchos de los pilares básicos de la plantilla, y continuaron trabajando como siempre, sin hacer locuras. Ese trabajo ha vuelto a dar los frutos apetecidos y, en la actualidad, han sabido montar otro equipo competitivo, con buenos jugadores y sin grandes figuras en sus filas. Un equipo que juega un buen fútbol, y por eso gana y, el día que están espesos, también ganan, porque tienen una gran variedad de delanteros. Hoy, el Recreativo de Huelva ocupa un lugar en la cumbre de la categoría por méritos propios, y va a ser difícil el poder apearles de ahí.