Son casi las seis de la madrugada y frente al Estadio Castalia la actividad es frenética. Mientras la mayoría duerme, aquí se viven los nervios de última hora, calentamientos, estiramientos, saludos, muchas risas...

A la hora en punto suena la bocina y nos ponemos en marcha. Vamos dirección a Penyeta Roja, por el antiguo cuartel militar, y predominan las bromas y el buen rollo (el malo ya vendrá más tarde). Enseguida se estira el gran pelotón y dos corredores toman la iniciativa. Al pasar por el primer control (la pedra de Borriol) ya se ha establecido una jerarquía de grupetos según la afinidad en los ritmos.

La carrera va marcando un paso muy vivo por el siguiente control, La bassa de les oronetes, y es ya en el tercero, el de Les Useres, cuando el atleta de Benlloch, Remigio Queral, tomará la cabeza para no abandonarla ya hasta la meta. Ni el sol ni las leves lloviznas pudieron desbancar al atleta de la primera plaza hasta Sant Joan.

Un 10 para ellos y para esta gran organización que, de nuevo, supo estar a la altura en una prueba que se hace cada vez más grande. ENHORABUENA.