En una decisión sin precedentes en el mundo del deporte, a una afición se le va a sancionar por algo que no ha cometido. La tangana del partido del viernes en la pista del Boadilla puede acabar con el cierre del Municipal en el quinto y último partido del play-off, el sábado en Benicarló. Una de las hinchadas más fieles del fútbol sala se va a quedar sin ver a su equipo en el partido más importante de la temporada.

A expensas de la resolución final de mañana por el Comité de Apelación, el resultado en primera instancia dictamina que el último partido de la serie por la permanencia será a puerta cerrada. Los 100 caduferos que fueron a Boadilla permanecieron en sus asientos mientras los hinchas locales saltaban a la pista para luchar en la tangana en el tercer partido. Sin embargo, estos mismos aficionados no podrán llenar el Municipal para animar a su equipo. Vadillo, uno de los jugadores que vivió la esperpéntica situación del pasado viernes, no encuentra motivos para esta controvertida decisión: "Lo que hemos vivido aquí es tercermundista, pero en Benicarló no harían falta 100 policías para controlar a la afición, porque es de otro estilo".

El jugador benicarlando asegura no haber vivido nunca una situación como la de Boadilla: "Sólo nosotros sabemos lo que se ha pasado, ya que no es normal ducharse con policía en el vestuario, que nos insulten, nos peguen...".