A caballo entre las muletas y la silla de ruedas, Pau Gasol celebró el éxito de la selección española en el Mundial. Pocas horas después de haber derramado lágrimas de alegría y unas horas antes de emprender el regreso hacia España, el mejor jugador del torneo ya pensaba en nuevos títulos con la selección.

--¿Qué se siente siendo campeón del mundo?

--Es maravilloso. Estoy aquí con el pie medio roto y estoy superfeliz. Ya era hora de que este equipo se diera una alegría tan grande. En los últimos campeonatos nos faltó esa suerte. Empezábamos muy bien, pero luego no éramos capaces de rematar la faena en los partidos decisivos, en los partidos de más presión. Esta vez lo hemos logrado. Nunca habíamos ganado una medalla en un Mundial y finalmente pudimos conseguir el oro. Nos merecíamos estar en el podio. Ahora lo tenemos que disfrutar, tanto nosotros como la gente de España. Nos han dado su apoyo y nos ha llegado. Es algo para recordar toda la vida.

--¿Sus compañeros le han hecho MVP del torneo?

--No tengo manera de agradecer lo que han hecho mis compañeros. Haría lo que fuera por ellos y realmente me han demostrado un carácter sensacional.

--Con tanto premio, al final hubo cierto caos...

--Ya no sabía ni lo que hacía. Me dieron un balón que era para Pepu, después una copa, no sabía ni lo que coger. Además, tenía la pierna derecha destrozada, peor que la izquierda. Pero lo pasé en grande.

--¿Lo pasó mal desde fuera?

--Sin duda, en el banquillo se sufre más que en la pista. Fue muy duro, pero no me quería perder el partido aunque fuera desde allí. Mis compañeros hicieron un partido histórico, inmejorable, y al final no tuvimos que sufrir nada. Han demostrado que no les hacía mucha falta. Hemos disfrutado todos.

--¿Confiaba en la victoria?

--No tenía la menor duda. Yo sabía que iban a hacer un buen partido. El saber hacer, la intensidad con la que han jugado, no es que me haya sorprendido, pero es para felicitar a todos. Estoy superorgulloso. ¡Es que se los comían en cada posesión! El baloncesto español vive un momento superdulce que hay que aprovechar y disfrutar. Será un Mundial para recordar toda la vida.

--¿Sabía que sus compañeros saldrían a la cancha con una camiseta con su nombre?

--No lo sabía, lo he visto cuando hemos salido a la pista y me ha parecido un detalle maravilloso. No sabía si ponerme a llorar ya antes de comenzar. Fue un detalle más de lo que es un equipo. Me querían hacer aún más partícipe de esta final.

--La unión del vestuario ha sido clave en esta victoria.

--A este grupo no lo cambiaría por nada, es casi como mi familia. Es un lujo jugar con compañeros así. Estos dos meses han sido sensacionales. Hemos estado todo el día juntos, desde el desayuno, y ha sido maravilloso, muy especial. No había besado a tantos hombres en mi vida.

--Tras ser campeones del mundo, ¿qué más se les puede pedir?

--Somos jóvenes y tenemos ambición. Ahora nuestro objetivo es el Eurobásquet del 2007, que se juega en España, y después los Juegos de Pekín. Vamos a ir por partes y esperemos que podamos estar todos otra vez juntos, porque el nivel y el ambiente actual lo podemos mantener.

--¿Qué análisis hace de su papel en este campeonato?

--Ha sido un torneo muy bonito para mí, con la salvedad de que me he lesionado de cierta gravedad, pero estoy muy contento y orgulloso de mi juego, de cómo he luchado para ayudar al equipo para estar en la final. Mis compañeros han hecho el resto.

--¿Cómo está el tema de la lesión en el pie?

--El tema está complicado porque mi equipo quiere que vaya a EEUU a operarme y aún estamos decidiendo cuándo me voy a ir. Si me voy, marcharé prácticamente al llegar a España, porque tiene que ser ya.

--¿Seguro que se operará?

--Seguro. Es desafortunado, pero a la vez es necesario, Y cuanto antes me opere, antes me podré recuperar para poder estar con mi equipo, al que, como podéis imaginar, no le habrá hecho mucha gracia el tema de la lesión. Y como sabéis también, no les hace tampoco demasiada gracia que venga aquí los veranos con la selección a pasar dos meses y medio.

--Entonces la pelea para que los Grizzlies le dejen ir al Europeo del año que viene está garantizada.

--Supongo que sí. Pero no hay discusión. Es algo que siempre les digo y que he hablado personalmente con el propietario del equipo. Él siempre me ha dicho que me apoyará para ir a la selección y él es quien pone el dinero en la mesa, así que estoy tranquilo. Lo que pasa es que, claro, si me lesiono no ayuda.

--¿Es la misma lesión que hace dos años le hizo perderse 20 partidos?

--No exactamente. Lo de hace dos años era un aviso. Esto ha sido una fractura no total, pero considerable, y por eso vamos a tener que operar.

--¿Qué tiempo de recuperación calculan los médicos?

--Esperemos que la recuperación vaya bien y supongo que será un mes y medio o dos meses fuera. No lo sé muy bien. Nunca antes me había roto nada y esperemos, toco madera, que todo salga de cara.

--¿Cómo ve la actuación de Marc en el Mundial?

--Es algo muy especial. Estoy superorgulloso de mi hermano, de lo que ha conseguido en este torneo. Me ha dejado sin palabras porque ha jugado con una actitud increíble y en ningún momento se ha arrugado. Tiene calidad, se lo ha ganado a pulso y nadie le ha regalado nada. Lo único que espero es que siga creciendo como jugador en la Liga española.