"Sí, somos una familia creyente de Dios. Solamente le pido que me siga llevando por ese camino en el que estoy. Estoy agradecido por las cosas buenas y la felicidad que hoy tengo". Y es que Mauricio Romero es un hombre con profundas creencias religiosas.

En estos primeros días en la capital de La Plana, Romerito añora a su mujer María y a sus hijas Laura --de siete años-- y Mariana --casi dos--. A la espera de poder traérselas hasta Castellón, se dedica a conocer la ciudad y a mantener el contacto con su familia vía chat.

LOS TRÁMITES "Soy un hombre muy familiar; por eso las añoro mucho, aunque hay veces en las que he estado más tiempo sin verlas, como cuando hicimos una gira con el América por Arabia y estuvimos casi dos meses fuera de casa", señala. No obstante, confía en tenerlas a su lado en un par de semanas. "Cometí un error, que es el no haber hecho el libro de familia, aunque confío en que en 10 ó 12 días ya tengan todo el papeleo listo y puedan venir", relata.

Todas las tardes, el mediapunta abandona el hotel en el que todavía se aloja --le están arreglando el piso en el que se alojará en Castellón, que está muy cerca del estadio-- y echa a andar. "Me parece una ciudad pequeña pero bastante agradable, aunque hace más calor que en Cali, donde no pasábamos de los 30 grados", observa.