Luis Aragonés armó el taco. El seleccionador nacional español de fútbol presentó, en la matinal de ayer, la renuncia a su cargo. El revuelo montado fue total. Así, por la tarde, la actividad en la sede federativa fue total, puesto que en primera instancia la Real Federación Española (RFEF) rechazó la decisión de El Sabio de Hortaleza, quien comunicó personalmente, a última hora de la tarde, que se lo había pensado mejor y que continuaba al frente.

Jorge Carretero, portavoz de la RFEF, había informado que la federación tiene "total confianza" en Aragonés y que le respalda en sus "funciones y trabajo". Por ello, comunicaba que ambas partes se iban a dar 48 horas para reflexionar al respecto.

Pero Luis Aragonés sorprendió a propios y extraños horas más tarde, al comunicarle a Ángel María Villar, presidente de la RFEF, que va a seguir en su puesto. Villar aceptó la decisión de buen grado y dijo además, en la web oficial de la federación española, que él confía en "Luis, en los jugadores y en lo que son capaces de hacer".

UN DÍA MUY EXTRAÑO El entrenador de la selección española de fútbol animó la jornada a primera hora de ayer cuando puso su cargo a disposición de la RFEF. Luis Aragonés, además, sorprendía a todo el mundo declarando que presentaba la dimisión "porque es lo que todos querían", refiriéndose sobre todo a la prensa, que le criticó muy duramente por la derrota ante Irlanda del Norte (3-2), el pasado miércoles, en el partido de clasificación para la Eurocopa del 2008.

Aragonés, que dos días más tarde de la debacle aseguró que quería seguir, parecía haber cambiado de opinión durante el fin de semana, situación que no aclaró. "No es cuestión de fin de semana ni de nada. Antes dijisteis lo que dije y ahora diréis lo que digo", soltó, añadiendo más confusión.

Pero los dirigentes federativos actuaron con velocidad y le mostraron su apoyo público en boca del portavoz de la RFEF. Es más, el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzsky, apoyó tanto a la federación como a Aragonés, destacando que "se han decantado finalmente por lo mejor para el fútbol español".

Además, Lissavetzsky no quiso que se compare la situación del baloncesto con la de fútbol. "No es bueno comparar, pero sí es bueno contrastar hechos. En Japón había una selección muy buena en la calidad del juego, un grupo de amigos que han trabajado con modestia y calidad", analizó. "Hay que tener mucha tranquilidad y ver si se consigue la clasificación para la próxima Eurocopa", concluyó.