La segunda de las etapas andaluzas de montaña tuvo un final de infarto. Ha sido la más táctica que he visto en muchos años y ha dado mucha emoción a una carrera que, por sí misma, ya la tenía. Un incisivo Alexandre Vinokourov, que sin duda es el corredor más combativo, ha estado tranquilo y centrado en el descenso del puerto de primera categoría que se encontraba cerca de meta, el alto de Monachil. Al revés le pasó a Alejandro Valverde, que se puso demasiado nervioso al ver que el kazajo le soltó. Creo que el murciano debió haberse abrochado el maillot. Si lo hubiese hecho, posiblemente seguiría vistiendo de amarillo. Como dijo el nuevo jersey oro "venció la estrategia, pero he ganado con la fuerza". El Illes Balears-Caisse d´Espargne ha dejado más solo que la una a un hombre que tendrá que atacar desde abajo en La Pandera, si quiere ser el vencedor el domingo en Madrid. Por su parte, el componente del equipo Astaná, recordó que el próximo sábado celebrará su 33 cumpleaños y que le haría especial ilusión regalarse el triunfo en la ronda española en el paseo de la Castellana. Ojalá no sea así.