Con el debido respecto a Don Rafael Alberti, se equivocó la gaviota, se equivocaba. Creyó que el césped era agua, se equivocaba. ¿cómo no le van a meter un gol así a Sebastián Viera, si sobre el césped de Riazor se pasea un gaviota?

Nos pueden dar todos los argumentos optimistas que quieran para superar el mal trago de inicio de Liga. Que si queda mucho todavía y que al final estaremos por arriba en la tabla clasificatoria, que si en la segunda parte del partido de ayer la actitud fue más ambiciosa que en los partidos anteriores contra el Real Madrid y el Recreativo de Huelva, que si hubo que recomponer todo el planteamiento inicial por el gol tempranero de Capdevila.... pero la realidad en la que nos encontramos es que en la temporada que todo lo apostamos a la clasificación en Liga, llevamos ya tres partidos de competición liguera, sin haber ganado un solo encuentro y lo que es mucho peor ni marcado ni un solo gol.

Y además con la sensación de inseguridad en la portería, que ya se la saben todos los rivales a los que se enfrenta el Villarreal, hasta el punto que desde cualquier posición y distancia sobre el terreno de juego, intentan sorprender a nuestra zaga y al arquero, bien por lanzamiento directo o por rechaces en una posible segunda jugada.

Ahora se entiende mucho mejor porque el técnico chileno, Manuel Pellegrini, sacó de inicio a tres medio centros: para poder cambiar a uno, cuando fuéramos perdiendo.