Esta temporada puede ser un chollo para las arcas federativas, gracias a la aportación en concepto de sanciones que están haciendo tanto el Castellón como el Almería. En cuatro jornadas, los árbitros han inscrito en el apartado de chicos malos hasta en 26 ocasiones a personajes del cuadro andaluz (17 amarillas y nueve rojas), por las 17 amarillas y tres rojas de los albinegros. Son los dos equipos más duros de la 2ª A.

Tras la disputa de la primera jornada, nada hacía prever esta espiral de medidas disciplinarias de después en el bando rojiblanco: solo un par de amarillas. A partir de ahí, todos los partidos del Almería han tenido miga.

La primera movida llegó en la segunda jornada, en Murcia. Vencieron los locales, gracias, entre otras cosas, a que los visitantes acabaron jugando con ocho: Mateu Lahoz echó a Acasiete, De Palmas y Ortiz. La cosa no quedó ahí, ya que el colegiado valenciano también expulsó al segundo entrenador, al ATS y al médico. También fueron amonestados el técnico (Unai Emery) y el suplente Francisco. Del banquillo fueron pocos los indemnes.

El siguiente pollo se montó en Salamanca, gracias a la jugada de moda en el fútbol español. El almeriense Kalu Uche quedó aparentemente lesionado en un encontronazo, pero el Salamanca no tiró la pelota fuera. A raíz, un altercado entre Emery y el delegado charro, que acabó con la expulsión de ambos. Luego aún hubo otro lance de menor resonancia al retener los recogepelotas locales el cuero cuando su equipo estaba en ventaja aunque, en esta ocasión, la medida disciplinaria recayó en el delegado de campo.

EL REMATE Y por si faltaba poco, el domingo el Almería sufrió en sus propias carnes la jugada más surrealista que en mucho tiempo se ha visto en un terreno de juego, hasta tal punto de dar la vuelta al mundo. El partido ante el Cadiz transcurría cerca de la banda de Preferencia cuando Rodríguez Vallejo, asistente de Tribuna, llamaba al árbitro gallego Iglesias Villanueva y denunciaba la agresión del almeriense Mané sobre Enrique. Las imágenes aclaraban que había un leve manotazo del defensa, precedido de un agarrón del gaditano, que ya tenía una amonestación.

Como consecuencia de ello, Mané fue expulsado, Enrique quedó impune... y, el asistente, ante el asombro de todos, volvió a llamar al juez para indicarle que la acción también era merecedora de penalti, pese a que se había producido seis metros lejos del área, con los jugadores frente a él y sin que nadie le tapara la visión.

Después de que Abraham Paz transformara el pertinente penalti, todavía hubo tiempo para que fuera expulsado Bruno Saltor; también fueran amonestados, por protestar, Juan Carlos Carcedo (el segundo entrenador que, por cierto, reaparecía tras la roja en Murcia) y Jordi García (preparador físico). Y menos mal que Emery estaba en la grada por su expulsión en el Helmántico, porque tal era la crispación en el banquillo rojiblanco que, muy posiblemente, no hubiera podido dominar los nervios.

En el Castellón no ha habido tanta intensidad, pero tres jugadores ya han acabado en la ducha antes de tiempo: Aurelio (Castilla), más Zamora --única roja directa-- y Xavi Moré (Murcia). Además, los albinegros han visto 17 cartulinas amarillas, todas ellas para jugadores.

Por ejemplo, llama la atención que un futbolista eminentemente técnico como Mario ya esté apercibido de sanción, al haber visto una tarjeta en cada uno de los cuatro partidos disputados.