La Copa Ryder de golf no se moverá del Viejo Continente tras un triunfo récord --tercero consecutivo-- en el K Club de Dublín y una aplastante victoria sobre los Estados Unidos por 18,5 a 9,5. El marcador iguala el más abultado de la historia de la Ryder para Europa, conseguido hace dos años en Oakland Hills.

El principal pilar del triunfo europeo ha sido en esta ocasión un golfista nacido en Borriol. ¿Su nombre? Sergio García. El Genio de la Coma empujó al equipo a la victoria durante las dos primeras jornadas y se permitió el lujo de tener ayer un desliz ante Cink, con los deberes hechos.

LA HISTORIA HA CAMBIADO Estados Unidos está sufriendo un revés detrás de otro en esta competición desde que en 1979 dejó de enfrentarse solo a británicos. Con la entrada de jugadores del resto de Europa, entre los que destaca el pionero Seve, los americanos dieron su brazo a torcer. Sergio ha tomado el relevo de Severiano y este fin de semana ha liderado al Viejo Continente en el camino hacia la victoria.

La historia reciente de la Ryder es aplastante. De las últimas once ediciones, Europa se ha impuesto en ocho y, por primera vez, las tres últimas de manera consecutiva (2002, 2004 y 2006). El siglo XXI está, pues, gobernado por el golf europeo. La última victoria norteamericana se escenificó en el Boston en 1999, tras una milagrosa remontada final, rodeada de un polémico comportamiento del público estadounidense.

En el K Club no hubo hueco alguno a semejante remontada, ante el exquisito público irlandés. Europa, capitaneada por el galés Ian Woosnam, cumplió también en los partidos individuales para adueñarse por tercera vez consecutiva del trofeo que instituyera en 1927 Samuel Ryder, el vendedor de semillas que frotaría ahora sus ojos si levantara la cabeza.

Estados Unidos, tras ser zarandeada en las dos jornadas anteriores de partidos por parejas, se vio abocada a remontar un marcador de 6-10. La misma desventaja que enjugó el equipo americano en la citada edición de 1999.

"Nada es imposible. ¡Aún podemos ganar!", clamaba la víspera Lehman para insuflar ánimos a un abatido equipo norteamericano obligado a virar la desventaja. El espíritu del capitán estadounidense, que vivió como jugador aquella Ryder´99, tuvo en Stewart Cink a su mejor valedor.

Cink, imbuido de ese espíritu y con un golf deslumbrante, se impuso por 4 y 3 a Sergio, el alma mater de los europeos en las dos jornadas precedentes con cuatro victorias en cuatro partidos. El de Borriol estuvo a punto de pasar a la historia de esta competición como el único capaz de ganar sus cinco partidos.

La mala noticia corrió como la pólvora por el K Club. De inmediato se propagó una corriente negativa, pero que enseguida sufrió un repentino cortocircuito. El veterano escocés Colin Montgomerie, de 43 años, se deshacía de David Toms, para dar a Europa un punto con enorme carga psicológica. Monty sumó un punto más para Europa, el primero de la jornada, y ya sólo faltaban tres para retener el trofeo. Esos tres puntos, vitales, llevaron la marca de Inglaterra. Fueron donados por los ingleses Paul Casey, David Howell y Luke Donald.