Por ahí, por la zona de mitad de la tabla, anda transitando el Real Mallorca, en esa zona de nadie donde no se corre peligro, pero tampoco se aspira a grandes metas. El Mallorca, hasta la fecha, no ha tenido un gran protagonismo en la Liga. Le está costando bastante ganar los partidos, pero también se está mostrando como un conjunto difícil de doblegar y en el término medio es donde se ha dejado ver mas (dos empates).

El equipo balear no está viendo puerta con relativa facilidad --ha hecho únicamente 2 goles-- pero los rivales no encuentran ninguna facilidad para hacérselos encajar --ha recibido dos--.

Nada parece salirse de un guión en el que todo es políticamente correcto, algo que en otro club sería sinónimo de rutina o aburrimiento, pero que, en el Mallorca, después de tantas temporadas de dientes de sierra, unas veces luciendo palmito en la Champions otras salvando el pescuezo por los pelos, tal vez ese anonimato lejos del mundanal ruido no le venga mal.

Hoy juega el Mallorca y, en principio, el partido no tiene nada de especial. Es un domingo cualquiera más en esta temporada de pocos sobresaltos, aunque aquí cambian las cosas tan rápidamente como se cambia de presidente o de entrenador.