José María Romero Poyón fue ayer uno de los protagonistas de la tarde en El Madrigal. El delantero del Villarreal cumplió el partido 100 con la elástica amarilla en Primera División y, además, fue uno de los jugadores más activos del ataque groguet.

El sevillano, al igual que la mayoría de sus compañeros, reconoció tras el choque que el "empate fue el resultado más justo". Para José Mari, el Villarreal "no encontró el juego en momento alguno". "Hubo fases en las que estuvimos acertados, pero el equipo estuvo bastante espeso, dando sensación de pesadez", comentó.

Uno de los puntos negativos destacados por el andaluz fue el estado del terreno de juego. "No es excusa, pero el campo estaba fatal y ello nos ha pasado factura", dijo para concluir.

JOSEMI, REALISTA El lateral derecho malagueño reconocía que "el empate es justo porque no ha habido ocasiones claras para ninguno de los dos equipos". "Ellos se suponía que estaban mal y han venido a hacer contragolpes. La primera parte hemos tenido llegada, pero en la segunda hemos bajado. Ahora tenemos otro partido en casa y esta vez sí que solo vale ganar", explicó.