Pese a que la deportividad entre aficiones reinó antes, durante y después del encuentro, la hinchada levantinista no perdonó a José Enrique su salida del club para marcharse al vecino Valencia. El lateral recibió airados insultos de los 400 levantinistas que poblaron las gradas del Madrigal durante los 90 minutos. Y es que los ´granotas´, que llegaron a Villarreal tanto en autobús como en vehículos particulares, se cebaron con el recambio de Arruabarrena.

Día ajetreado para los directivos amarillos. Por si fuera poco con el partido ante el Levante, viajaron para ver al infantil amarillo ganar 2-1 al Valencia y al cadete caer por 3-1 contra el equipo ´che´.