No estuvo nada fino el Castellón en Mendizorroza. La seguridad defensiva que había mostrado en los últimos encuentros fue un espejismo, por lo que el deseo de dedicar el triunfo a Pepe Moré fue una misión imposible. Oliva, una vez más el salvador, evitó una derrota más amplia. El Alavés mostró un mayor empeño con el empate inicial y después de ponerse por delante, se limitó a mantener la distancia hasta asestar el golpe definitivo.

INICIO PROMETEDOR Y eso que el conjunto albinegro salió muy bien al terreno de juego, tocando el esférico en el centro del campo, llegando a las inmediaciones del área de Bonano. Sin crear excesivo peligro, pero controlando la situación ante un Alavés que parecía dormido. Más bien parecía que el partido era en Castalia. Por este motivo y por otros, puesto que las gradas de Mendizorroza estaban mucho más vacías de lo esperado.

Los buenos momentos albinegros pasaron a un segundo plano de inmediato. Los muchachos de Txutxi Cos --bueno, de Dmitry Piterman-- corrigieron los defectos iniciales. Al Castellón le entró una pájara y el resultado pudo ser dramático. Dealbert tenía muchos problemas con Ogbeche, que le ganaba una y otra vez la espalda. En una de ellas, se plantó solo ante Oliva e, incomprensiblemente, envió el balón fuera.

Pero los problemas del Castellón comenzaban en la medular. El esférico apenas circulaba y se perdía de inmediato, lo que posibilitaba al Alavés salir con rapidez, pillando descuidada a la zaga castellonense, que volvió a tener la suerte de su lado cuando Astudillo envió un balón a la escuadra de la meta defendida por Oliva, que al filo del descanso sacó una mano impresionante para impedir, de nuevo, el 1-0.

Se había superado el primer combate, pero restaba el segundo. Había que mejorar la imagen y volver a practicar el juego de las dos últimas salidas, que habían significado dos victorias en Cádiz y Salamanca. Pero la reanudación comenzó de la peor manera posible, ya que, a los cuatro minutos, Aloisi se aprovechó de un rechace de Oliva --había salvado el gol por dos veces-- para conseguir el 1-0.

Era muy pronto y quedaban muchos minutos para sacar algo positivo, pero los albinegros se mostraron inoperantes en ataque. Es cierto que el Alavés se relajó y se echó un poco atrás. Y ni así el Castellón se acercó con peligro a los dominios de Bonano, que no vio inquietada su portería. Ninguno de los escasos lanzamientos que intentó el equipo que ayer dirigía el tándem formado por Dani Barroso y Emilio Isierte fue entre los tres palos.

MÁS MORDIENTE El banquillo albinegro tomó más riesgos con los cambios, situando arriba a Nakor y Epitié. Ni con estas pudo crear peligro. Estaba claro que ayer no era el día del Castellón. Por mucho que lo intentara, era casi imposible acercarse al área de un casi espectador Bonano.

Mientras tanto, Oliva todavía tuvo que realizar alguna intervención de mérito, pero nada pudo hacer, en el descuento, para evitar el segundo y definitivo gol del Alavés. Toni Moral realizó una perfecta pared con Rubén Navarro y envió el balón al fondo de las mallas con suavidad.

Así, Pepe Moré, ingresado en un hospital de La Plana, se quedó sin el consuelo de una victoria con la que mitigar su dolencia.