El Villarreal iniciará en las próximas horas su estrategia para poner fin a la grave crisis que, además de los malos resultados, ha suscitado la polémica entre el entrenador del equipo, Manuel Pellegrini, y su jugador franquicia en las tres últimas temporadas, Juan Román Riquelme.

El primer paso a dar se centra en la incómoda situación del centrocampista argentino, actualmente un cero a la izquierda en los planes de su técnico --hoy todo apunta a que le dejará de nuevo fuera de una convocatoria, por tercera vez consecutiva--, un lujo demasiado caro para el club, que paga religiosamente los altos emolumentos de Riquelme, uno de los jugadores mejor pagados del fútbol español.

En las próximas 48 horas, el presidente del Villarreal, Fernando Roig, y el consejero delegado, José Manuel Llaneza, tienen previsto entrevistarse con los representantes del futbolista, que ya se encontrarían en España para buscar una solución que satisfaga a ambas partes y cortar de raíz el conflicto desatado entre las dos figuras de más peso específico en la plantilla amarilla.

Marcos Franchi --que se desplazó ayer desde Buenos Aires hasta nuestro país, según apunta el periódico argentino Clarín-- y Daniel Bolotnicoff escucharán las condiciones del Villarreal para que Juan Román Riquelme siga vinculado al club amarillo hasta el 30 de junio del 2009, fecha en la que vence su actual contrato. Si el futbolista, a través de sus apoderados, no acata las nuevas premisas de la entidad y su nuevo estatus en el equipo --nada de privilegios y compromiso al 100% con el club-- ambas partes se verán abocadas a buscar un comprador solvente para que Riquelme siga su carrera, preferiblemente en Europa.

SIN ENTRENAR Mientras llegan las soluciones, el futbolista sigue con su particular forma de encarar el conflicto con su entrenador. Ayer no cambió nada el escenario en el que se desarrolla la historia del distanciamiento entre Juan Román Riquelme y Manuel Pellegrini. Como sucedió el pasado jueves, el centrocampista argentino tan solo coincidió con el preparador chileno en la charla previa al entrenamiento, para, posteriormente, retirarse al gimnasio y seguir allí su trabajo de recuperación de su supuesta sobrecarga en el aductor derecho, ajeno al resto del grupo.