En los deportes de riesgo es habitual que se produzcan desgracias, que en muchas ocasiones conllevan la muerte del deportista. Los que toman parte en estas competiciones son conscientes de que se la juegan en cada momento, pero esto no creo que le debe servir al Vaticano para arremeter contra el Dakar por el fallecimiento el pasado martes del surafricano Elmer Symons.

Desde su creación, este raid ha unido la aventura y el deporte, y porque en los últimos años se haya incrementado el número de muertes no se le puede tachar de "cruenta carrera de la irresponsabilidad", como hizo la Santa Sede en su diario L´Osservatore Romano después de que el número de personas que han perdido la vida en esta prueba alcanzase la cifra de cincuenta.

En los mundiales de motociclismo, fórmula 1, rallys... también ha habido accidentes mortales y las críticas no han sido nunca tan airadas.