No hay mejor remedio a los males. La victoria ante el N stic, un equipo condenado al descenso, ha sido el mejor bálsamo para el Bar§a, el campeón de invierno y que el miércoles puede distanciarse de sus perseguidores en la lucha por el título ganando el partido pendiente con el Betis.

Los azulgrana llevaban desde el 9 de diciembre sin conocer el triunfo en Liga y las dudas se multiplicaban en el entorno. El fracaso en el Mundialito había dejado grogui al Bar§a y también a su principal estrella. Ronaldinho sigue en horas bajas (ayer, incluso fue silbado por un sector del Camp Nou). Por eso, lo más importante de la visita del colista era ganar y se consiguió. No brilló el crack, pero se reivindicó uno de los jugadores más queridos por la afición. Saviola mandó al banquillo a Gudjohnsen y se apuntó otro tanto a favor para conseguir la renovación (acaba contrato a final de temporada).

El Conejo sacó de la chistera su séptimo gol en cuatro partidos (el 11° de la temporada) para encarrilar un encuentro que se había puesto complicado, con un N stic dominando al actuar campeón de Europa. Saviola fue el encargado de animar a la grada. Primero, por la alegría de su gol, y luego, por la pitada que recibió Frank Rijkaard cuando decidió sustituirle por Gudjohnsen. El público recriminó al holandés el cambio, aunque el enfado duró poco, lo que tardó Giuly en sentenciar el partido con el 2-0.

Tres puntos que deben servir para reactivar al Bar§a después de la pobre imagen de las últimas semanas. "Hemos jugado para buscar el resultado. Estos partidos son una trampa y no hemos caído en ella. Estoy contento porque mi equipo ha demostrado calma y madurez para imponer su juego", destacó Rijkaard.