Cuando a la conclusión del Dakar repaso la clasificación y veo a los dos pilotos provinciales entre los tres mejores españoles de su disciplina y muy bien situados en la general, me hago una pregunta: ¿Qué hubiese pasado si tuviesen mejores máquinas para competir?

Una año más, José Luis Monterde y, sobre todo, Arturo Casanova han demostrado que no todo es tener un buen coche o una buena moto. No solo han llegado al Lago Rosa, sino que lo han hecho de forma triunfal.

Pero volviendo a la pregunta anterior, no me quiero ni imaginar de lo que serían capaces ambos si contasen con una estructura similar a la de los Peterhansel, Despres, Coma, Sainz, Roma y otros muchos cuyos presupuestos son espectaculares.

Más apoyos de las instituciones provinciales y empresas necesitan Monterde y Casanova. De contar con ello no me extrañaría verlos en la cabeza.