Este Gallinero quiere recordar a Álvaro Baigorri, jugador del Castellón, que, hasta el día de hoy, su única función en el club es la de jugar al fútbol y no la de jugar a ser entrenador, ni director deportivo, ni fichador.

El lateral izquierdo, tal vez contagiado por la fiebre de los simuladores mánager que causan furor entre los que sueñan con dirigir a a un club --tanto desde el banquillo como desde los despachos-- a través el mundo virtual de un ordenador o la Play Station, rechazó el fichaje de Agirretxe (cedido por la Real Sociedad), al considerar que con Tabares y Nakor ya estaba la plaza cubierta. Curiosamente, Pepe Moré, su entrenador, el de verdad, había insistido, por activa y por pasiva, en la necesidad de reforzar la delantera por la escasez de efectivos.

Don Castalio