Ayer aún estaba en una nube. Marcos García sabe que en el fútbol, tanto los éxitos como los fracasos tienen memoria volátil. Cuando un jugador es noticia cuenta con uno o dos días para saborearla, porque la exigente competición te lleva enseguida a la cruda realidad. El joven de Sant Antoni lo sabe y por ello toca tierra y no quiere creerse que fue el héroe, nada más y nada menos que ante el Real Madrid.

Un día después de acaparar todos los telediarios nacionales y salir por todo el mundo en los resúmenes como el verdugo del conjunto blanco, Marcos regresaba ayer a la realidad: "Si pienso que con este gol ya lo he hecho todo, mal voy. Tengo claro que sigo siendo un jugador del filial y tengo los pies en el suelo".

Baño de masasEl teléfono del joven canterano ha sonado mucho más de lo habitual estos días: "Hombre, tengo claro que al Madrid no se le marca un gol todos los días y que encima supone el triunfo de tu equipo". "Es más bonito marcarle a un grande como el Real. Es el sueño de todo jugador", confiesa el ibicenco.

Pero no por ello considera que tiene todo el camino recorrido. Marcos se siente un peón más en la nave amarilla: "En absoluto me siento titular. Para nada. Soy uno más en este club que por suerte ahora trabajo para el primer equipo. Además, soy consciente de que en cada sesión tengo que ganarme el puesto", reconoce con frialdad el centrocampista.

Poco a poco ya va acostumbrándose a levantar la cabeza y ver ante sí a Diarra, Reyes, Robinho o Sergio Ramos. "Sabes que te mides a un grande como el Madrid y quizás durante la semana lo piensas, pero cuando salto al terreno de juego, al menos en mi caso, solo sé que somos once contra once. A mí no me impresiona quién esté delante. En el fútbol hay que correr más que el rival para superarle y nada más", añade un Marcos que se consagró en la élite del balompié nacional el pasado sábado en El Madrigal.