El caso Riquelme entra en una nueva dimensión con el regreso del futbolista a España y la rueda de prensa que esta tarde ofrecerá el presidente, Fernando Roig, para dar la versión del club sobre la situación de El Mago. El asunto es una patata caliente que a todas la partes conviene enfriar.

Medio año después de irse cedido al Boca Juniors por la puerta de atrás, Román vuelve sabiendo que no le quieren. Entonces, el préstamo a los xeneizes suponía una solución provisional para paliar un tema que amenazaba con la estabilidad del vestuario, pero ahora el panorama es diferente. El club va a cumplir con todas sus obligaciones laborables pese a que Riquelme no va a volver a vestir la camiseta amarilla. Pero el futbolista, aunque es perfectamente consciente de su situación, parece dispuesto a tensar una cuerda que puede romperse por su lado, lo que significaría no jugar en los próximos meses.

Román ha disfrutado de unas vacaciones extra después del subcampeonato en la Copa América --en los últimos días, ha estado trabajando junto a un entrenador personal--. A la espera de las explicaciones de Roig, el hermetismo del Villarreal en este asunto es absoluto, por lo que nadie sabe cuándo, realmente, el argentino debe reintegrarse a la disciplina amarilla. No obstante, no estará esta mañana --ni en el entrenamiento ni en las posteriores ofrendas a los patrones de la ciudad--, ni si dejará ver en El Madrigal en el amistoso vespertino ante el Osasuna. Así, su incorporación quedará para el jueves, ya que mañana es día de descanso.

A partir de entonces, comenzará una cuenta atrás. El tic tac del reloj marcará el tiempo que falte para la medianoche del 31 de agosto al 1 de septiembre, cuando se cierra el mercado de fichajes en España, donde está el club que más interés ha mostrado en El Mago: el Atlético.

No obstante, Riquelme ha rechazado sistemáticamente todas y cada una de las propuestas que ha tenido encima de la mesa, muchas incluso ventajosas desde el punto de vista económico para el Submarino --también de otros países como Italia, Alemania o incluso Qatar--. Por su cabeza solo pasa jugar con Boca Juniors, al que el Villarreal solo contempla si la entidad bonaerense paga los 10 millones de euros del traspaso. Una nueva cesión es innegociable, ya que significaría que Riquelme se ha salido con la suya.

Este es el tablero en el que se va a desarrollar el pulso que, tal y como están las cosas, difícilmente podrá acabar en tablas. Alguna de las partes deberá dar su brazo a torcer. Lo que está claro es que Riquelme no cumplirá los dos años de contrato que le restan con el Villarreal (y si lo hace, será viendo los encuentros desde la grada). La partida se reanuda en Vila-real, ¿quién moverá pieza?