La escudería McLaren Mercedes, que encabeza el Mundial de Fórmula 1 con el británico Lewis Hamilton --líder-- y el español Fernando Alonso, volvió a ser el centro de todas las polémicas, esta vez por esconder a sus pilotos en Estambul. Tras la dura polémica que protagonizaron en el GP de Hungría, Hamilton y Alonso volvieron a estar en boca de todos. Esta vez, debido a que no hicieron acto de presencia en el circuito de Estambul por decisión de su patrón, Ron Dennis, que tampoco se dejó ver en las instalaciones turcas.

Dennis decretó una nueva ley del silencio que solo rompió el español, por exigencias del guión, en un acto organizado por uno de los patrocinadores. Dennis optó por reunir a ambas partes en un céntrico hotel y ninguna de las figuras estelares del culebrón McLaren apareció por el circuito. De esta forma, el jefe de McLaren evitó ayer a la prensa. Dennis escondió a las dos estrellas de un Mundial que se disputa dentro y fuera de los circuitos y se esforzó en intentar reconducir una situación de difícil arreglo. Forzó una reunión tras la cual se estableció un pacto de silencio, que, al menos ha respetado de forma escrupulosa el entorno del doble campeón mundial, que no quiso soltar prenda, ni siquiera de la duración y, por consiguiente, tampoco del contenido de la reunión.