El cortejo fúnebre con los restos mortales de Antonio Puerta abandonó el Sánchez

Pizjuán, donde el jugador ha sido velado desde anoche, entre muestras de dolor

de miles de aficionados que se agolpaban en los aledaños del estadio sevillista.

La comitiva constaba de tres coches, dos de los cuales estaban literalmente

atestados de flores, y en el tercero, el cadáver del futbolista, que sería

incinerado en el cementerio de San Fernando.

La ceremonia, por expresa petición de la familia, se desarrolló en la

intimidad, por lo que sólo se desplazaron al camposanto, en dos autocares, la

plantilla, técnicos y dirigentes del Sevilla, así como las autoridades y ex

compañeros del jugador, como el madridista Sergio Ramos, que quisieron darle el

último adiós.