Mayte Martínez sorprendió a todo el mundo, incluida ella misma, en una recta final impresionante que dio a la luchadora atleta vallisoletana de 31 años el tercer puesto en la final de 800 metros y a España la segunda medalla en los Mundiales de Osaka, tras la plata de Paquillo Fernández en los 20 kilómetros marcha. La atleta rebasó a muchas de las favoritas con un eslalon espectacular en los últimos 100 metros que le permitió subir al podio y soñar con cotas similares en los Juegos de Pekín del próximo año.

"En mis quinielas no entraba estar luchando por una medalla", reconoció la mediofondista de Valladolid, que es toda una experta en finales, a pesar de su modestia. Mayte Martínez, subcampeona de Europa en el 2002, ya había corrido dos finales de Mundiales (séptima en el 2001 y quinta en el 2005). Ayer subió dos peldaños más, hasta el último del podio, gracias a una característica que a veces le falta, fe en sí misma.

Con la keniana Janeth Jepkosgei tirando desde el principio y las rusas Olga Kotlyarova y Svetlana Klyuka --junto a la veteranísima (nueve Mundiales) Maria Mutola-- intentando seguir su estela, Mayte se agazapó en la cola del grupo, pendiente solo de los movimientos de la marroquí Hasna Benhassi. Sabía que tarde o temprano la llevaría hasta la cabeza de carrera. "Reservé fuerzas para la recta final, porque con Juan Carlos Granado --su marido y entrenador--, habíamos planteado una carrera de menos a más para tratar de recoger cadáveres, como se dice en atletismo, al final".

La pizarra funcionó, y de qué manera. Al final de la última curva, Mayte aún marchaba séptima. Su eslalon final fue espectacular. En el mismo momento en que Mutola se rendía y caía, dolorida, fuera de la pista, la española pasaba por dentro a la rusa Klyuka. Luego, se abrió y atacó por fuera a la eslovena Brigita Langerholc y a la otra rusa, Kotlyarova, para entrar con una fuerza inusitada en la meta, por detrás de Jepkosgei (1.56.04, mejor marca del año) y de Benhassi (1.56.99). Los 1.57.62 de Mayte son su mejor marca personal, a solo 17 centésimas del récord de España.

"No sé ni por dónde he pasado, pero la sensación de la última recta ha sido muy especial. Era como si yo fuera a cámara rápida y las demás, a cámara lenta", explicó la nueva medallista. Tras el bronce, Mayte apunta directamente a los Juegos Olímpicos. "Quiero ir a Pekín a pelear porque he visto claramente que tengo nivel para hacerlo", dijo.