Juan Román Riquelme seguirá, de momento, en el Villarreal con las mismas condiciones que cualquier otro futbolista de la primera plantilla, inscrito en la LFP y con el dorsal 16 en propiedad. El técnico del Atlético de Madrid, el mexicano Javier Aguirre, se cerró en banda ayer y plantó cara a la plana mayor del conjunto rojiblanco para que desestimara la posibilidad de hacerse con los servicios del jugador argentino.

La filosofía de juego que quiere implantar Aguirre esta temporada en el equipo colchonero se basa en la rápida recuperación, la velocidad en la transición y el juego por bandas, por lo que no le venía nada bien la incorporación de Riquelme. Tras varias horas de reunión con el presidente del Atlético, Enrique Cerezo, y el director general del club, Miguel Ángel Gil Marín, la entidad rojiblanca comunicó al Submarino que se retiraba de las negociaciones por hacerse con los servicios del mediapunta suramericano.

PREFIERE A MOTTA El Atlético de Madrid fichó, por contra, al centrocampista Thiago Motta, mediocentro de corte defensivo que militaba en el FC Barcelona y no contaba para Frank Rijkaard. Dicha contratación era una declaración de intenciones, ya que el fútbol de Riquelme no se adapta a las necesidades que precisa el mexicano Javier Aguirre.

En el seno directivo del Atlético de Madrid hubo decepción generalizada, ya que el acuerdo entre los rojiblancos y el representante de Román, Daniel Bolotnicoff, era total. Pero la negativa de Aguirre provocó la ruptura de las negociaciones, por lo que Riquelme no jugará, de momento, en otro club de la Liga española.

BOCA NO SE RESIGNA La única vía posible para que Román juegue a fútbol antes de la apertura del mercado de invierno pasaría por Boca Juniors, aunque ya anunció en su día Fernando Roig que no aceptaría ceder a Riquelme allí nuevamente. A última hora de anoche, desde Argentina se especulaba con la posibilidad de que el club Xeneize solicite un permiso especial para poder inscribir al mediapunta si en las próximas fechas llega a un entente con el Submarino, circunstancia que se antoja complicada.