El preparador asturiano parece tener la receta de una pócima mágica que hace que su equipo no se resienta nunca de las ausencias. La mayoría de los fichajes importantes llegaron a punto de comenzar la temporada, no estuvieron presentes en las primeras jornadas, y el Racing funcionó. El portero Toño, destinado a una cesión o un traspaso, se hizo con la titularidad y se convirtió en uno de los destacados, hasta que se lesionó al final de la primera vuelta. Coltorti, internacional suizo y ex Grasshopers le sustituye.

En defensa destaca sobre todos el central argentino Garay, de quien dicen que ya es jugador del Barcelona. Un jugador con personalidad y es letal a balón parado. Los veteranos laterales Pinillos y Luis Fernández están cumpliendo como los buenos. El puesto en la izquierda está más discutido con la presencia de Ayoze. El segundo central suele ser Oriol, con César Navas y Sergio Sánchez a la expectativa, aunque este último también es lateral derecho.

En el centro del campo, dos jugadores de trabajo y brega, como son Duscher y Colsa. Ambos son el sostén del equipo que cuenta en las bandas con la clase de Jorge López y Óscar Serrano. El examarillo está desconocido, porque Marcelino lo ha recuperado para el fútbol.

Y arriba comenzaron Munitis e el juvenil Iván Bolado. Luego entraron Tchité y el polaco Ebi Smolarec, que venían siendo titulares porque Munitis se lesionó. Y todos se han adaptado a la dinámica de un equipo que ya no juega buscando el juego aéreo de Zigic y que intenta hacerlo a ras de suelo.