Marcelino machaca a sus jugadores sesión tras sesión. Es un amante de hacer dobles jornadas de entrenamiento y, en la mayoría de ellas, le dedica una gran parte del tiempo a ensayar la estrategia y practicar con las jugadas a balón parado. El Submarino tendrá que ir con mucho cuidado en córneres y en faltas cercanas al área.