La del jueves es más que una simple eliminatoria para el Villarreal. Con la Liga bien encarrilada, en plazas de Champions y con siete puntos de colchón sobre la frontera de plazas europeas para la próxima campaña, la Copa de la UEFA se ha convertido en el caramelo más apetecible para la entidad amarilla en este 2008. Superar el 1-0 encajado la pasada semana en San Petersburgo se ha convertido en un objetivo prioritario, razón por la que el Villarreal no ha escatimado medios para conseguir que El Madrigal presente mañana la imagen de las mejores noches continentales.

Alcanzar los octavos de final de la UEFA tiene sus alicientes económicos, claro está. Si el Villarreal quiere hacer rentable su tercera presencia en la segunda competición continental tiene la obligación de plantarse, como mínimo, en los cuartos de final, una ronda en la que los ingresos empiezan a ser importantes gracias a los premios deportivos (progresivamente, 300.000, 600.000, 1.500.000 y 2.500.000 por ser campeón) y el derecho a percibir parte de las ganancias publicitarias y televisivas del torneo, el denominado market-pool (casi 2,5 millones de euros para Sevilla y Espanyol en la pasada edición).

PRESTIGIO EN JUEGO Sin embargo, y a pesar de hablar de cantidades significativas, subir otro grado de prestigio en el Viejo Continente es el premio más perseguido por un Submarino que en apenas cuatro años de historia en Europa --desde su debut en la UEFA en la 2003/04-- ya ha conseguido un lugar destacado en el escaparate continental: esta temporada, sin ir más lejos, es el primer cabeza de serie de la UEFA.

El Villarreal apelará a la magia de El Madrigal para conseguir la remontada ante el Zenit, esa que ya hizo acto de aparición en repetidas ocasiones en las tres anteriores presencias del Submarino en los dos principales torneos europeos. Las noches más especiales del feudo amarillo han provocado la caída de grandes como el Inter de Milán, la Roma o el Celtic.

Pero no han sido los únicos. La serie de grandes noches europeas en Vila-real se iniciaron en la UEFA 2003/04, con un 3-0 ante el Galatasaray. A partir de ahí, y salvo la famosa semifinal de Champions ante el Arsenal (0-0), El Madrigal ha enterrado, uno a uno, a todos los rivales que llegaron con aspiraciones de solventar una eliminatoria en Vila-real. Además de los citados, otros nombres ilustres del concierto continental se han rendido a la presión de la grada amarilla: Dinamo de Kiev, Steaua y Everton completan la lista de ilustres víctimas. El Zenit no tiene tanto caché, pero también debe caer al efecto Madrigal.