Sin lugar a dudas se convirtió en el protagonista de la eliminatoria ante el Zenit. Dos errores puntuales suyos, uno en el Petrovsky Stadium y otro el pasado jueves en El Madrigal, condenaron al Submarino. Pese a ello, Diego López es fuerte y no se hunde. El guardameta gallego del Villarreal afirmó ayer que un futbolista debe admitir sus errores cuando los comete y recordó que el del jueves fue un día "muy triste porque tuve un fallo muy importante en un partido europeo de gran trascendencia".

EXCESO DE CONFIANZA Diego López reconoció que prácticamente le quitaron un balón de las manos en un centro en el que pensaba que se encontraba solo. "Fue un exceso de confianza", indicó el jugador. "Es un error grave y debo admitirlo, porque de todo esto tengo que aprender", añadió el cancerbero groguet.

En esa jugada el Zenit se adelantó en el marcador y aunque el Villarreal remontó y ganó por 2-1, el equipo ruso se impuso por el valor doble de los tantos conseguidos fuera de casa, tras haber ganado por 1-0 en el partido de ida, en el que el gol local llegó también tras un fallo del meta.

"Me duele mucho por mis compañeros y por la afición, ya que el equipo hizo un sobresfuerzo muy grande. Lo importante es olvidar este palo lo más rápidamente posible y centrarnos en la Liga, en la que estamos arriba, para esperar que en esta nueva etapa todo salga bien", dijo.

MUY APENADO El meta añadió que su deseo es que lo ocurrido en esta ocasión, "no vuelva a pasar más". "El fútbol es cuestión de detalles y siempre no puedes estar al 100%. Debo aprender de estos errores, pero no por ello voy a venirme abajo. Evidentemente, la vida me ha enseñado que de los fallos se han de sacar siempre las conclusiones más positivas", añadió. Para Diego López, "comienza una nueva etapa en el Submarino". "Tenemos que ser conscientes de lo mucho que nos jugamos de aquí a final de Liga. No podemos parar para lamentarnos de nada. En este deporte estamos para fallar y para acertar, porque nadie es perfecto", destacó.

La actitud de Diego López debe ser el espejo a seguir por la mayoría de componentes de la plantilla amarilla para poder lograr así el último objetivo que resta al equipo, la zona Champions.