Las dos partes lo desmintieron en sendos comunicados, pero la opción de que el presidente y máximo accionista, Juan Soler, ponga a la venta el Valencia ha cobrado fuerza tras la reunión que mantuvo ayer el propio máximo mandatario de la entidad con el segundo máximo accionista del Valencia, Vicente Soriano, y el empresario y expresidente de Telefónica Juan Villalonga, candidatos a convertirse en nuevos propietarios del club.

La disparidad de las explicaciones hechas públicas por ambas partes tras descubrirse la reunión no ha hecho más que avivar los rumores de negociación de una venta que, en todo caso, quedaría relegada para después de las semifinales de la Copa del Rey en las que se encuentra el conjunto de Ronald Koeman, con la intención de que los problemas institucionales no interfieran en la marcha deportiva del equipo.

Por una parte, el bando formado por Villalonga y Soriano --vicepresidente del Valencia hasta el pasado año y que controla unos 10.000 títulos-- explicaron que la toma de contacto con Juan Soler estaba encaminada a "analizar la situación que atraviesa la sociedad, buscando siempre las mejores soluciones de futuro entre los dos principales accionistas". En el comunicado remitido por Soriano se informó de que la reunión se mantuvo a petición del presidente del Valencia y que en ella también estuvo el abogado Enrique Lucas, asesor de Soler.

Pocos minutos después llegaban las explicaciones del club, en otro comunicado en el que se negaba que el presidente del Valencia, Villalonga y Soriano hubieran tratado el tema de "la compraventa de las acciones del club que posee Soler". Esta versión oficialista apuntaba un carácter puramente comercial de la reunión, "en la que se ha analizado la explotación y potencial de negocio que ofrece el Valencia CF y su nuevo estadio en el mercado internacional". Según el Valencia, la presencia de Soriano se produjo "a petición de Juan Villalonga, el cual quería que estuviera presente en la reunión el segundo máximo accionista del club".

El Valencia continúa sumido en un caos institucional que, ¿desembocará en una venta?