El Barcelona eludió a los equipos ingleses en los cuartos de final de la Liga de Campeones y se jugará contra el Schalke 04 alemán el pase a semifinales en las que, en caso de llegar, se encontrará con el Roma italiano, el equipo que eliminó la semana pasada al Real Madrid, o el Manchester United. La mano del exportero ruso Dasaev, embajador de la final de esta temporada que se jugará el 21 de mayo en Moscú, trajo suerte al equipo de Rijkaard, que quedó emparejado con uno de los rivales más accesibles y novato como cuartofinalista en esta competición.

"Es uno de los equipos que uno podría elegir, pero lo importante era jugar el segundo partido en casa, y eso nos anima", apuntó Txiki Begiristain, representante del club azulgrana ayer en Nyón, destacando la importancia de decidir este duelo inédito en Champions con el partido de vuelta en el Camp Nou. Si el Barcelona se clasifica para semifinales tendrá que jugar la vuelta en el campo del ganador de la eliminatoria entre Roma y Manchester, que ya se vieron las caras la campaña pasada con una victoria italiana en su campo, por 2-1, y solventada con el 7-1 en Old Trafford de los de Alex Ferguson.

Los otros enfrentamientos de cuartos de final depararán un duelo ingles, inédito hasta ahora en Liga de Campeones, entre Arsenal y Liverpool, y el a priori descompensado Fenerbahçe-Chelsea, en la primera aventura del equipo turco en esta fase. El sorteo de la Champions determinó también la condición de local de la final, el 21 de mayo en el estadio Luzhniki de Moscú, donde el Barcelona, si llega al encuentro decisivo, actuará como local.