Mientras el Betis reclama, por escrito y por boca de sus máximos responsables, poder jugar los 12 minutos que quedan del partido que, el sábado, le enfrentaba al Athletic (1-2), el hincha que agredió con una botella de agua al meta rojiblanco Armando ingresó ayer en prisión. Y lo hizo porque no pudo o quiso pagar la fianza de 3.000 euros que le impuso el juez que trata el caso. C.P.R, de 40 años, cuyas iniciales corresponden a un seguidor bético, que no es socio del club de Manuel Ruiz de Lopera, pasó la noche del sábado en comisaría tras ser detenido por sus compañeros de grada y ayer ingresó en prisión.

El mundo del fútbol condenó el acto vandálico y se abrió una polémica alrededor de la posibilidad o no de que se jueguen los minutos restantes. Manuel Castaño, consejero y responsable de los servicios jurídicos verdiblancos, insistió en lo ya manifestó en la noche del sábado. "El Betis tiene derecho a que se jueguen los minutos que restan. Armando ha sido una víctima de todo esto, pero el principal perjudicado es nuestro club. Hay que destacar la actuación del público y de los socios deteniendo a este individuo, que lo pusieron a disposición de las fuerzas públicas".

Luego, por medio de un comunicado, Castaño lamentó "el hecho vil y cobarde de un individuo que no es socio del club".

El portero del Athletic regresó ayer a Bilbao con el ojo derecho totalmente tapado y protegido de unas gafas de sol. Deberá guardar reposo dos o tres días, ya que, además de los seis puntos de sutura que precisó para sellar la herida, padece "un golpe en el globo ocular".