A Ron Dennis le traicionan las palabras (ya nadie le cree y menos cuando dice que "echa de menos a Alonso") y los gestos. Este personaje volvió a protagonizar ayer el ademán feo del GP al lanzar sus puños al aire en el instante en que Kovalainen superó a Alonso, sin darse cuenta de que cuando él escenificaba su venganza, el bicampeón ya le había devuelto el adelantamiento a su chico. "El problema de Ron es que siempre va a destiempo", dijo Briatore. Alonso se limitó a reconocer que "fue una gran satisfacción adelantar a un McLaren".